A un mes de nacido Perrín se encontraba en estado de desnutrición porque su jauría no lo dejaba
amamantarse. Lejos de ellos y con una dieta especial recuperó peso.
Perrín se convirtió en un perro fuerte y ágil. Regalón y agradecido.
Ahora a pesar de encontrarse bien pareciera que aún le falta algo. Su obsesión por el ruido de los alcantarillados y esos ojos que permanecen con un mirar desquiciado, que mezclan melancol{ia desconfanza y temor, son signo de esto.
2 comentarios:
Perrín, qué duda cabe, es un perro simpático, pese a la histeria que delata su mirada. Me parece correcto, como un primer paso, Natalia, retratar sus distintos estados de ánimo.... pero ¿qué tan distintos son estos? Esa es una primera interrogante. Si debo escoger, me quedo de inmediato con las fotos 1, 2 (pese al desenfoque) y 4... muy buenas las tres, el resto (especialmente la tercera) las elimiaría de entrada para pasar luego a contar una historia. ¿Visitaste el blog del ramo ayer u hoy? Mira la historia de Dul, la galgo abandonada, y comprenderás a qué me refiero.
Debes, cuanto antes, ofrecer una historia... de lo contrario sólo podremos ver buenas (o simpáticas) fotos de tu perro.
+ Comentarios hechos hoy en clases.
Publicar un comentario